A punto de rociar tu rostro con sangre cristalina; la sal que sale de mis ojos… A punto de cortar tu lengua con los sonidos agudos de la risa emblemática y sarcástica que pronuncia el alma que se eleva del dedo índice que señala la sutura de tu muñeca izquierda. Tu piel quemada por el bisturí que quiso coser, y tus pupilas dilatas por reconocer el fruto que nace en ti; el secreto que ocultas bajo tu pecho, enredado entre tus costillas, regocijando y creciendo... La madeja estalla. Tus pulmones respiran fuera de ti, el corazón late en el piso, afligido. La faringe decapitada y las amígdalas adornando el sillón cómodo de tus piernas…
Sinestesia
Me adormezco
ResponderEliminarCuando ella canta que se terminó
Tan extraño adormecimiento
Que lleva mis rodillas a la tierra
Murió el amanecer
Estoy volviendo alrededor de la piel
Esculpir mi nombre en un altar
Anémicos y dulces
Ya puedo flotar aquí para siempre
Ven a ver dentro de mis huesos
Toma tu cuchillo y acuéstate
Toma tu cuchillo y ahora bésame
En este cuarto no podemos tocar el piso.