9.8.11

A través de la ventana de agua

Quebrado de olvido y trizado con el viento que soplaba. Desdoblaba su cara y volteaba a mirar 360 grados, esperando encontrar algo normal. Impávidos sus ojos deleitaban, sus manos temblaban y sus piernas colapsaban. Caía la noche sobre su sien y bordaba con las nubes extensiones en su cabello mientras en ella pensaba. Un calambre invadía su pecho, proyectaba aquel dolor a la ventana de agua; las móleculas reventaban cuando la luz de su desdicha las traspasaba.
Se había quedado paralizado...
Aproximadamente cuando los primeros gallos cantaban sin ningún interés de servir como despertador para la gente, más sí en busca de delimitar su territorio; caía el primer rocío en la flor roja de su cerebro, mojándo su pensamiento y volviéndolo otra vez a cero...
Contemplaba su sed desde afuera, observando siempre, sin parpadear... Verla dormir, verla despertar, soñar y moverse entre las sábanas, sonreir, hablar por teléfono, sentarse a escribir, verla vestir, y finalmente... Verla morir... Sintió el peso del cadáver en sus brazos, sosteniendo su belleza eterna, blanca lana ondulada en su cabello y en su tez, marcas de caminos tomados... Cayeron las lágrimas sobre ella, esperando verla despertar como hacían las primeras gotas del rocío sobre él... Nunca despertó y él... Nunca la dejo de amar. Había prometido cuidarla siempre, y a pesar de las circunstancias que los alejó, el siempre la estuvo cuidando, desde su ventana de agua, recordando todo el tiempo que había pasado...
Sinestesia