19.9.10

Sé que no lo vez... Y que el fondo de tu mirada triste me crucifica lentamente, arde el pecho y las lágrimas se desvian a mi garganta, devolviéndolas a mi interior. Es muy fácil saber, cuando tus ojeras piden paciencia, piden perdón por lo que no puede llegar a mis manos y el cansancio que ocultas en tu cuerpo desviado. Hoy, se desvanece mi sonrisa cuando te veo intranquilo, preciso en tu silencio; distraído con un pensamiento eterno, la preocupación que te puede indagar y escarbar hasta los huesos; esa maraña que no deja de crecer, parece que nunca va a terminar... Yo solo espero su fin.
Me atraviesan los puñales de palabras cortantes y lo absurdo de sentirse inservible, la frustración por tratar de actuar; darle un respiro al momento...
No hay tiempo para la prosa, no hay sextetos ni poemas; no hay tiempo para pintar payasos tristes, o a una mujer que no sabemos a quién ve; no hay tiempo para la música, no hay notas redondas, negras, corcheas, la clave de sol se oscurecio... Cuando no te vio hoy sonreir.
Me mata la ausencia de tu voz, el sarcasmo inútil del tiempo transcurriendo, diluyéndose en mis dedos, y ese arupo que observamos florecer, hoy cae rendido... Pero siempre de pie...
Perdón por no hacer más que escribir algo triste, y que las letras silenciosas, sean nuestro premio de consolación... 
Hoy, como te sientes... Hoy como devuelvo las lágrimas a mi interior. 
Para ti, de parte del ser inútil que cree en el brillo de tus ojos y de risueñas pestañas.
Sin saber a dónde vamos, como llegamos, ni porque escribo... Aquí estoy para ti.
Sinestesia

2 comentarios:

  1. Siete meses mas tarde de haber leido por primera vez tu blog, por casualidades de la vida vuelvo a pasar por aqui y logro recordar aquella primera impresion con una lectura. Me gusta el retrato emocional de esta entrada. Voy a pasar mas a menudo.

    ResponderEliminar
  2. Recreador de mitos
    Musa fértil y sombría
    He sentido con el punzón del desencuentro
    tus ganas de morir mis versos.

    Ingredientes del vértigo
    disecar cañaverales de lujuria
    en la esperanza fatua del deseo…

    Extiendo mi arte
    por tus pestañeos nocturnos
    cuando mires acompañada de soledad
    a nuestra amante la luna.

    NO TE APAGUES.
    Paulf.

    ResponderEliminar