Hoy te esperé, igual que ayer.
Me distraía con la lluvia ácida que delató el día,
me tranquilizaba acercarme a tu mente y con una puerta que nos espía,
vigilarnos en los más íntimos desvelos.
Hoy a tu lado, igual que ayer,
me regocijó la conciencia que me ata a la lealtad de mirarte,
la ceguera se quiebra,
y veo claro tu corazón en mi mano.
Hoy te esperé, igual que ayer,
esperaba encontrarte,
seducido por la caricia de ayer,
pasmada tu mirada en la pantalla de la mía,
tus pupilas se desangraban con sed de deseo.
Hoy, igual que ayer,
te escribo,
recordando como se satura la paciencia de tenerte lejos,
compartiéndote,
partiéndote en mitades
serenando la velocidad con la que el tiempo pasa,
Al igual que ayer te esperé,
ya es ayer el día de hoy.
Sinestesia
Sinestesia
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